Cuando tienes una nariz de determinadas dimensiones el odio a los vasos de tubo nada tiene que ver con el sibaritismo.
Ahora, tampoco conozco a un solo sibarita (chato o narigudo) que le tenga aprecio a esa aberración del diseño.
Además, te sorprenden en su descenso los cubitos de hielo. Y echan menos alcohol. Todo son inconvenientes. No comulgo con eso de la mano de los Playmobil.
Mala combinación, nariz grande y vaso de tubo. Conozco casos.
ResponderEliminarRinoplastia un tanto bestia asegurada.
ResponderEliminarMalditos sibaritas...
ResponderEliminarCuando tienes una nariz de determinadas dimensiones el odio a los vasos de tubo nada tiene que ver con el sibaritismo.
ResponderEliminarAhora, tampoco conozco a un solo sibarita (chato o narigudo) que le tenga aprecio a esa aberración del diseño.
Además, te sorprenden en su descenso los cubitos de hielo. Y echan menos alcohol. Todo son inconvenientes. No comulgo con eso de la mano de los Playmobil.